miércoles, agosto 02, 2006

BREVE HISTORIA DEL ESTABLECIMIENTO
DE RELACIONES ENTRE TURQUIA Y ESPAÑA

(Texto del ensayo que proximamente sera publicado por una revista espanola especializada.)

Ayhan Enginar (x)

En 2007 la Embajada de Turquía en Madrid celebrará el 150º aniversario de su apertura en la capital de España (como Legación en 1857) en tiempos de Abdulmecid, Sultán otomano de la época, e Isabel II, Reina de España. Es oportuno por tanto echar una mirada a la historia del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Turquía y España.

Desde la Batalla Naval de Lepanto (Inebahti), en 1571, el Imperio Otomano y el Reino de España se encontraban jurídicamente en un estado de beligerancia, ya que no se había firmado ningún acuerdo de paz entre los dos Estados después de esta contienda, a pesar de lo cual no se produjeron conflictos militares de consideración entre ellos. Sin embargo, la ausencia de conflictos tampoco les indujo hacia algún tipo de cooperación bilateral por la lejanía en que se encontraban los dos países situados en ambos confines del Mediterráneo y con sus propios problemas e intereses. Por otro lado, el Imperio Otomano no priorizó el establecimiento de relaciones diplomáticas permanentes con países europeos hasta mediados del siglo XVIII, mientras que los Reyes “Católicos” de Iberia eran reacios al establecimiento de relaciones pacíficas con los países musulmanes, probablemente por su memoria histórica.

Esta situación cambió en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando accedió al trono de España Carlos III, en 1759, quien antes había sido Rey de Nápoles (entre 1735-1759, como Carlos VII), y como tal conocía mejor a los turcos con quienes ya había firmado un Tratado de Paz en 1740. Por otra parte, en 1774 llegó al poder en el Imperio Otomano el Sultán Abdulhamid (I), uno de los primeros impulsores de la modernización de Turquía, que siguió con la práctica de su hermano y predecesor Mustafa III, primer Sultán en enviar ministros y embajadores residentes a las capitales europeas, ya que le interesaba mucho aprender de la experiencia de modernización del continente. Hasta entonces, los sultanes otomanos sólo enviaban delegaciones al exterior por motivos especiales, aunque sí aceptaban misiones permanentes de otros países en su Corte, debido a que se consideraban a sí mismos como Regis Mundi desde la conquista de Estambul o Constantinopla (xx).

Gracias a la visión de futuro de estos dos soberanos el Tratado de Paz, Amistad y Comercio entre los Imperios Otomano y Español fue firmado en Estambul en septiembre de 1782 y sus Documentos de Ratificación fueron entregados a la Corte Otomana por el Enviado español J. de Bouligny, Ministro Plenipotenciario, con fecha 25 de abril de 1783, la cual se puede considerar como el inicio de las relaciones diplomáticas formales entre los dos países. J. de Bouligny abrió asimismo la Legación de España en Estambul y fue el primer representante diplomático permanente de este país en la Corte otomana y por tanto en Turquía.

Sabemos que, sólo después de esto, Abdulhamid I recurrió a sus contactos anteriormente establecidos con el entorno de Carlos en Italia para enviar una misiva al Rey español a través de un diplomático napolitano sugiriéndole que aceptase la visita, por primera vez en la historia, de un Enviado diplomático turco. En cambio, no sabemos por qué prefirió esa vía indirecta, prescindiendo del Ministro español en Estambul.

La persona elegida para esta misión fue el diplomático e historiador Ahmed Vasif Efendi, quien junto con una nutrida comitiva llegó a bordo de un barco imperial al puerto de Barcelona el 28 de julio de 1787. Debido al hecho de que todos los barcos extranjeros tenían que cumplir un periodo de cuarentena, tuvo que esperar algún tiempo en el puerto, alojándose en una mansión asignada para su uso, e hizo su entrada solemne en la ciudad el 23 de agosto del mismo año. Su petición de audiencia con el Rey español se demoraba mucho pero el Enviado turco era un diplomático astuto que, siendo en realidad Ministro Plenipotenciario, se presentó como Embajador ante los funcionarios de protocolo españoles para conseguirla a la mayor brevedad. Aún así tuvo que esperar hasta septiembre del mismo año para ser recibido, ya que el anciano Rey estaba retirado en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso y el viaje de Barcelona hasta ese balneario le llevó 26 días. El Enviado turco entregó en dicha reunión una carta amistosa del Sultán Abdulhamid al Rey y después otra similar del Sadrazam (Primer Ministro otomano) a su homólogo español en Madrid. La estancia de Ahmed Vasif Efendi en España duró cuatro meses y medio, posibilitando al diplomático conocer otras ciudades españolas así como las costumbres y usanzas de la época en España. A su regreso, escribió su “Sefaretname” (un informe de su Embajada). (xxx)

Después de la Guerra de Crimea (1853-1855), el Imperio Otomano, que había luchado contra Rusia en alianza con Gran Bretaña, Francia y algunas ciudades estado italianas, fue invitado a la Conferencia de Paz celebrada en París en marzo de 1856, siendo así aceptado en el “Concierto Europeo” y convirtiéndose en sujeto del Derecho Público europeo, por lo que desde esa fecha se considera a Turquía como un país europeo. Aunque España no estuvo representada en dicha Conferencia y por tanto no fue parte del Tratado de Paz allí firmado, la Corte Otomana, posiblemente por este nuevo acercamiento con Europa, consideró necesario abrir una Legación en Madrid como las que existían desde el siglo anterior en las principales capitales europeas, como París, Londres y Viena, algunas encabezadas por Embajadores.

En este contexto, se abrió la Legación Imperial Otomana en Madrid en 1857, siendo su primer Jefe de Misión el Ministro Plenipotenciario Kerho(f) Efendi, presuntamente de origen flamenco. Aunque esta Legación se cerró en 1860, posiblemente por razones financieras, volvió a abrirse en 1881. En este intervalo, el Embajador del Sultán en París fue acreditado también en Madrid. Cabe destacar que el Imperio otomano llegó a tener 25 Consulados en las principales ciudades españolas tanto en la península como en las posesiones de ultramar en un corto periodo.

Desde 1881 hasta el fin del Imperio Otomano, 8 Ministros turcos sirvieron en Madrid. El último de ellos dejó la Misión a un Encargado de Negocios en 1922 y desde ese año la Legación fue encabezada por Encargados de Negocios hasta 1929, cuando el poeta Yahya Kemal Beyatli llegó a Madrid como el primer Ministro Plenipotenciario de la República de Turquía en España. (xxxx)

Siguiendo el cambio de régimen en Turquía en 1923, la Legación de España en Estambul fue trasladada a la nueva capital, Ankara, algún tiempo después.

El Tratado de Amistad entre la República de Turquía y el Reino de España se firmó en Ankara el 27 de septiembre de 1924.

Por último, los gobiernos de Turquía y España decidieron elevar el nivel de sus relaciones diplomáticas desde el 1 de enero de 1951 convirtiendo sus respectivas Legaciones en Ankara y Madrid en Embajadas y, desde entonces, han intercambiado Embajadores en vez de Ministros.


(x) Ayhan Enginar es diplomático turco.

(xx) Mehmed II, el Conquistador de Estambul, consciente del lugar de esta ciudad en la historia como capital imperial de Roma Oriental, se declaró “Kayzer-i Rum” (Cesar de Roma). Además la ideología política otomana llamada “Nizam ul Alem” (Orden Mundial) se basaba en el concepto del dominio global.

(xxx) Ver “La Crónica de Ahmet Vasif Efendi” en Historia, Nº 293 de septiembre de 2000.

(xxxx) Yahya Kemal es autor del poema, entre otros muchos, titulado “Baile en Andalucía”, escrito durante su estancia en España. El autor de este ensayo cree que ya ha llegado el tiempo de dedicar su nombre a alguna calle en Madrid, preferentemente donde se ubica la cancillería o la residencia de la Embajada de Turquía.

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